lunes, 24 de julio de 2017

Mi vida después del Voluntariado Europeo.

Mi vida empezó a cambiar las dos últimas noches en el pueblo, una de esas noches me fui con la dentista Aurelia, Tomas y Gabriela al bar a beber unas cervezas. 
Ese día me despedí de Aurelia, le había cogido más cariño del que pensaba, y ella a mi, nos despedimos entre lágrimas y aún a día de hoy se me ponen los ojos llorosos pensando en ella, en la alegría que me suponía hablar con ella cada día después del trabajo ya que mi vida social allí era escasa.
Despedirme de Tomas también fue difícil, lo abracé, le di las gracias por su apoyo, por ser un amigo, por escucharme, por consolarme cuando tenía una mala época ...por todo.

El día 1 de septiembre de 2015 me subí al autobús en la estación de Zarasai con destino Vilnius y me despedí de Jolanta, la subdirectora de la biblioteca. Empecé a darme cuenta de que iba a pasar mucho tiempo hasta que volviera a verlos, y que los iba a echar de menos. Que me habían dado mucho y no iba a poder abrazarlos en años.
Todo fue como la seda, me quedé en el mismo hostel que cuando había ido de vacaciones a casa en febrero, y al día siguiente cogí mi vuelo.

Llegar a casa, deshacer la maleta y esperar por la megacaja llena de cosas me que había enviado a Vigo, allí venía comida, cervezas y los tesoros que tenía muchas ganas de compartir con mi familia. Mil historias, anécdotas y sentimientos que aún afloran cuando veo fotos o vídeos.

Mi adaptación fue difícil, pasé de un pueblo de 7000 habitantes a vivir en una ciudad llena de coches, de gente corriendo, y ruido. Lo que más recuerdo es estar en una calle esperando una grúa porque la moto no me arrancaba y que el corazón me palpitaba a mil por hora, el ver subir y bajar los coches sin parar por esa calle me dió taquicardias..
Lo segundo que recuerdo, es que en Zarasai echaba de menos el sonido del mar,y luego aquí no quería salir de casa, todo me daba igual. La gente siguió con su vida, yo decidí apartar a cierta gente de mi, porque te das cuenta de quien merece la pena y de quien no cuando vives fuera. O te das cuenta de quien es más compatible en tu vida o lo que quieres, y no estamos aquí para compartir tiempo con quien no te merece, con quien no te aprecia o no te quiere.

El youthpass no me ha servido para nada. De toda ésta experiencia me quedo con que he mejorado muchísimo mi nivel de inglés, tengo fluidez, y tengo muy claro que me se buscar la vida por el mundo adelante. 
Me he sentido sola, agobiada, sin un duro, cocinando y limpiando sin que nadie me ayudara en nada, y aún así, lo volvería a hacer un millón de veces, porque de lo único que me arrepiento es de no haber ido al Rainbow festival (llovía y estaba mala de las amigdalas... me quedé en casa) del resto no me arrepiento de nada.

Creo que es la mayor experiencia que he vivido en mi vida, como ya dije, lo volvería a vivir un millón de veces mas.

(Os dejo aquí un vídeo-resumen de todo lo que vivi en mi EVS.)












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