lunes, 27 de abril de 2015

San Petersburgo en un día, relajarme y disfrutar.

Tuppers preparados, casi 5 litros de agua en mi mochila y con un manojo de nervios en el estómago nos fuimos hacia la terminal A del puerto de Tallín.
Cristina estaba muy nerviosa por montar en barco, en cambio yo lo estaba por el trámite de coger las tarjetas de embarque, el control de pasaportes y por no conocer las instalaciones del puerto.
Mientras hacíamos cola para coger las tarjetas vimos un montón de gente con carritos con cajas de cerveza, Adrián ya me había dicho que la gente de Helsinki iba a Tallín a comprar bebidas una vez al mes, pero nunca pensé que fuera algo tan masivo.



Una vez a bordo se me fué el nerviosismo, llegó la emoción y el no poder creerme la aventura en la que nos acabábamos de embarcar (nunca mejor dicho).
El camarote fue más amplio de lo que me imaginaba...suficiente para ducharnos y dormir a tope después de las maratones que nos teníamos pensado dar.
Investigamos el barco y nos fuimos a dormir temprano, teníamos que prepararnos para  San Petersburgo.


Uno de los peores momentos estaba por llegar, no porque nos haya pasado algo, sino porque sabíamos que a un español en el control de pasaportes del puerto por ser moreno lo retuvieron un buen rato, le preguntaron incluso si era terrorista...dan ganas de decir si si, y vengo a poner una bomba, pero claro..no puedes bromear con esas cosas.

Nosotras tuvimos suerte, llegué con mi gorro de lana puesto, chequearon datos, me pidieron que me sacara el gorro y sonreír como en la foto.  Me lo saqué tan rápido que a la chica y a Cris les dió la risa, si es que yo sólo quería acabar cuánto antes con toda esa parafernalia y empezar a ver la ciudad.... Un par de llamadas, sello en el pasaporte y listas para coger el autobús que nos dejaba alado de la catedral.

La primera parada fue la catedral, ¿ véis las líneas rojas del suelo? son las luces del paso de peatones.¿A que molan?

Caminando un poquillo llegamos a una plaza enorrrmee y al palacio de Invierno.  Fue la residencia de los zares de Rusia, se construyó muy grande para así dejar claro el poder y grandeza de la Rusia Imperial.





Llegados ahí, conseguimos otro mapa mejor en la oficina de turismo, y aunque la chica fue amable la verdad es que no nos aclaró dudas ni nos facilitó visitar la ciudad, así que me hice mi propia ruta. 
La verdad es que éste viaje lo decidimos tan rápido que no tuve tiempo a investigar las ciudades, ésta vez si he sigo una turista y no una viajera, sólo me faltaban las chanclas con calcetines. jajaja 

Nos pusimos como primer destino la fortaleza de Pedro y Pablo. Cruzamos el puente y toda la zona era preciosa, detalles por un lado, detalles por otro... todo hacia temas marinos, se nota que es una ciudad muy importante cara el mar, sólo hay que ver el puerto tan grande que tiene.






Una vez una profesora de biología cuando estaba en el instituto nos acompañó en un viaje a Francia, y dijo algo que nunca olvidaré: "Cuándo viajas no tienes porque entrar en sitios turísticos todo el rato, porque sentir el estilo de vida de la ciudad es tan importante o más que ver un museo".



Y si, Manón... éste viaje ha sido sentir y experimentar como vive la gente en diferentes países.

En el Báltico puedes ver muchísimos cuervos por todas partes, ¡¡son enormes!! Supongo que no estamos acostumbrados a verlos en España.
Siguiendo un poco a la gente porque no teníamos ni idea de donde era la entrada de la fortaleza, llegamos a ésta playa y vi un cuervo solito en la arena rebuscando algo que comer. Abrí mi bolsa del bocadillo despacito para sacar un poco de pan, y conseguí llamar su atención. (Por lo general suelen ser muy desconfiados y en cuánto te acercas un poco salen volando.)


Lo que me hizo gracia, es que fue muy listo. Cogió un trozo, se lo comió, le di otro...vió que tenía otro en mi mano, escondió ese debajo de un poco de arena y vino a por el tercer trozo. La pena es que alguien tiró un petardo y se fue volando.

Al lado de ésta playa había una zona de juego (algo tipo petanca) y nos sentamos un rato a ver como jugaban dos equipos.
Colocaban unos troncos pequeños en una zona cerca de una zanja,  uno de los jugadores lanzaba una barra metálica desde lejos y tenía que arrastrar los troncos hasta la zanja. Por los dibujos debe de haber varias estrategias posibles.



Dentro de la fortaleza hay unos museos y tal y cual..no me voy a enrollar con esas cosas, pero si os interesa hay mucha info en internet sobre la importancia de ésta fortaleza, los nazis y demás historia de la revolución. Lo siento pero hoy no me apetece enrollarme con lecciones de historia.


Ésta vez salimos por otro lado, y nos encontramos con un helicoptero que cobrara 50€ por 15 minutos de vuelo por la ciudad, empezamos a bromear con que era el de 50 sombras de grey jajaja (para ser San Petersburgo no me pareció tan caro).
Enfrente de la fortaleza, al otro lado del río está en museo de artillería, en la entrada puedes disfrutar de una exposición bastante amplia sin pagar. (No le dije a Cris de entrar porque creo que me iba a matar, a ella que le dan un poco igual éstas cosas... y ya tuvo bastante en Tallin.)

Para hacer ésta foto me tuve que subir a un muro



Disfrutamos muchísimo paseando por calles, la pena es saber que fue reconstruida casi por completo y adaptada para turistas, eso para mi le quita encanto a la ciudad.

Cruzamos un parque hasta que llegamos a la iglesia del Salvador sobre la sangre derramada, si si...menudo nombre...


 La iglesia en una palabra: IMPRESIONANTE.

La verdad es que nos lo pasamos genial.



Bolso de viaje de la espía embarazada

                                           
La carroza de Cenicienta existe de verdad

Si tuviera que pasar un día más en ésta ciudad no sé muy bien a que lo dedicaría.. gente yendo rápido, mucho tráfico, polución y mucho ruido. Me pareció una ciudad muy estresante y más barata de lo que imaginaba.


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